Prontamente y
sin elegía
hunde tu cuerpo
sacude la
lengua
aquí
donde se yergue la sangre
que el mundo sea un aplastador de recuerdos
perdido está el fin
ahogada está la noche en silencio
se quiebra el círculo en el silencio.
La luz eléctrica
atravesaba los cielos
es un espacio en blanco el mejor poema que jamás escribiré
lirios modernistas animales tatuados
los sempiternos amantes el fin de la literatura
todos reunidos
el funeral del tiempo en Little Gidding.
En el mes de los niños difuntos
con música lenta de Satie
abril
apuñalado y
desangrado abril.
A ritmo lento, lento,
paralizado.
En un devenir de
negaciones,
de suicidios más o menos conscientes,
a tumba abierta y
lentamente.
Vida tan malograda no debiera contarse,
a quién hablar, con qué lenguaje.
De haber verdades o razones o respuestas,
para mí mismo las tuviera.
Si delicada o poderosa
pudiera mi mano consolarte,
a ti te la daría,
mas no la tengo para nadie.